lunes, 16 de agosto de 2010

Inception (Origen)

Distingo al menos dos clases de ciencia-ficción: la clásica y la moderna o de acción. Cuando hablo de ciencia ficción clásica me refiero a aquélla que guarda una estética como la que se gastaban los autores tipo Asimov, Bradury, Orwell o Huxley. Es decir, escenarios con poco presupuesto visual (en efecto, aunque la acción se sitúe en Marte, normalmente se sitúa dentro de una habitación de una nave espacial), sociedades autoritarias y opresivas, historias personales. Más que un derroche de efectos especiales (que no se pierda de vista que también estoy hablando de libros) tratan de construir metáforas exóticas de situaciones del momento o de degradaciones de situaciones del momento pero la premisa es que las cosas están hechas "con poquito". Uno se puede imaginar, por ejemplo, una obra de teatro basada en Brave new world o en 1984 sin que por ello se pierda nada interesante ni importante de la historia. Por ejemplo, una obra de teatro de Jurassic Park sería, simple y llanamente, una castaña infumable pues la clave tanto del libro como de la película es que te creas que los dinosaurios están ahí. Dentro de esta clase de ciencia ficción está, por ejemplo, Moon, de la que hablé un día, que respeta punto por punto los parámetros de esta ciencia ficción original.

La ciencia-ficción moderna, la buena claro, conserva ese tufillo de hacer cosas que den que pensar que tiene la clásica, pero el derroche de efectos especiales y fuegos artificiales visuales es mucho mayor y parte de la importancia de la película o el libro es hacerte creer que las criaturas están ahí. Dentro de este género está, por ejemplo, la criticada Starship Troopers de Verhoeven, la que he nombrado, Jurassic Park o Matrix.

Decir que Inception es la mejor película de ciencia-ficción/acción que he visto desde Matrix no es exagerar. De hecho, revisando Matrix, parece que Inception me guste más aún. No voy a spoilear, sólo comentar algunos aspectos meta-argumentales, como que me gusta mucho el hecho de que se parta del hecho de la tecnología de los sueños compartidos sin explicar absolutamente nada que hubiera retrasado infinitamente el ritmo de la narración y en verdad es algo que no importa para la historia que acontece. Me gusta mucho el final abierto, aunque, como dicen los chicos de Zonafandom, se dan pistas para resolver estas discusiones durante la película.

No soy sospechoso de ser fan de Leo DiCaprio, de hecho, ni siquiera he visto Titanic, pero la verdad es que me tiene ganado con las dos últimas (únicas) películas que he visto de él: Sutter Island y ésta que comento ahora. Además, la peli cuenta con Ken Watanabe y Ellen Page, iconos geeks de nuestros tiempos que hacen que la capacidad de mitificación de la película aumente.

Decididamente, con títulos así, da gusto ir al cine.

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