jueves, 26 de noviembre de 2009

Tres películas

En los últimos tiempos he visto una infinidad de películas, algunas de ellas muy buenas. Hablaré de tres de ellas. Una de ellas ha sido Moon de la que hablé el otro día. Las otras dos son las siguientes:

Lost in translation. Tierna, profunda y envolvente son sólo adjetivos. La experiencia de ver la película, lo que sentí cuando la vi no sé las veces en el cine (la pasta que me dejé) apenas pueden ser descritos con ellos. Lo que me enamoré de Scarlett Johannson cuando aún no era demasiado conocida (yo era la primera vez que la veía) no lo puedo ni expresar. Lo grandísimo que está el más-grandísimo-aún Bill Murray es... es... ¿cuál es el equivalente en palabras a "aghhhh..." (babeando) Soberbio, bueno, puede valer. Un amigo, especializado en encontrar el quid de la cuestión de absolutamente todo (es así, tendríais que verlo) me dijo cuál era el quid de esta película: los dos únicos japoneses que salen son ellos dos. Da rabia que sea tan fácil y que no se le ocurra a uno pero, como dice Sherlock Holmes, todo problema es sencillo una vez que se conoce la solución.

The Darjeeling limited. Es que me encanta Wes Anderson. Haciendo un poco de abstracción, todas sus películas van de lo mismo: de cómo el chico hace una locura descabellada para conseguir a la chica y de la importancia de los lazos familiares. En esta última, lo de la chica está un poquito aparcado aunque no abandonado (ahí está el polémico corto con la reina Padmé AmidalaNatalie Portman que luego está presente de alguna manera en la historia) y se centra sobre todo en el asunto de los lazos familiares. Una película narrada con un ritmo delicioso y una fotografía preciosa y, miel sobre hojuelas, hace un cameo el actor fetiche de Anderson (¿lo adivináis?): ¡Bill Murray!

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