Algunos matemáticos y algunos (para)psicólogos llaman al momento de lucidez en que uno se da cuenta de un hecho normalmente de naturaleza formal "momento ajá". El momento ajá es el que uno tiene cuando comprende, por ejemplo, las implicaciones de un teorema o desentraña el funcionamiento de una cierta construcción lógica (el paradigma de los momentos ajá que tenemos todos en la cabeza es cuando a Sir Isaac Newton le cae la manzana y le hace pensar en la gravedad). Esto puede parecer muy frío o carente de interés y emoción. Nada más lejos de la realidad. Para mí, por lo que vale la pena ver la película, es porque el director consigue que el momento ajá de Hipatia resulte tan emocionante y emotivo como, por ejemplo, el momento en que los protagonistas de una película romántica por fin se besan después de haber superado numerosas y normalmente absurdas vicisitudes y obstáculos.
Y para finalizar, el hecho de la imaginación de los responsables de la película haya ido más allá y haya hecho a Hipatia adelantarse mil doscientos años a Kepler en su hipótesis de las órbitas elípticas y otros tantos al estudio de los sistemas inerciales de Newton y Galileo me ha parecido un detalle, además de muy romántico en un sentido estricto de la palabra, muy bonito.
2 comentarios:
Buen comentario! Me ha gustado lo del momento ajá. No lo sabía.
Los anglosajones son únicos para poner nombres a las cosas. En algún sitio he leído que este nombre empezó como una broma (supongo también que como empiezan muchas cosas) de un profesor de matemáticas a sus alumnos.
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